Un aspecto central durante su formación, es promover el desarrollo de la personalidad de todos los jóvenes. La mayoría de ellos procede de entornos sociales muy desfavorecidos y esta forma de apoyo les ayuda a ganar confianza en sí mismos. Pero también aprenden cosas que les ayudan a terminar con éxito su formación. Además de las penurias económicas, muchos de los jóvenes han crecido con carencias educativas, sanitarias y sociales.
Preparados para el futuro – para un futuro lleno de sueños
Mediante nuestros programas para la formación de personalidad, intentamos contrarrestar las consecuencias negativas del pasado de nuestros jóvenes y prepararlos para un futuro positivo. Queremos animarles a sacar lo mejor de sí mismos y a contemplar el mundo de manera positiva y abierta. Por este motivo, nuestros aprendices también deben realizar trabajos sociales. Para ello pueden realizar actividades en el mismo recinto donde realizan la formación, o también colaborar con la fundación prestando ayuda a otras instituciones. Por ejemplo, nuestros jóvenes participan de manera voluntaria en la reforma o remodelación de guarderías o escuelas, limpian parques públicos o acompañan a niños en orfanatos. Todos ellos son trabajos que entrañan responsabilidad y que les ayudan a darse cuenta de cómo repercute su ayuda. Así tienen la posibilidad de devolver la ayuda, lo que fortalece su autoestima y les da valor para asumir la responsabilidad sobre sí mismos y sus actos.